El Turrón de Doña Pepa
El Señor de los Milagros invita al fervor, a las
muestras de fe que conmueven año tras año en nuestro país. Pero también,
es prueba de un despliegue gastronómico intenso, con un protagonista
exclusivo como el Turrón de Doña Pepa, postre de harina preparado a base
de miel de chancaca.
Octubre es sinónimo de Procesión, es Señor de los Milagros. Octubre se viste de morado, huele a sahumadoras y sabe a turrón, uno de los dulces peruanos más tradicionales, pero del cual hasta ahora no se sabe con precisión su origen o, mejor dicho, el apellido de su creadora.
El nombre completo es turrón de Doña Pepa, aunque no siempre se llamó así. Muchos historiadores han señalado que en el XIX el postre también era conocido como “turrón de miel” o “turrón del Señor de
los Milagros”. La receta era una “adaptación peruanizada” del clásico turrón español o turrón de alba (una masa hecha de almendras, piñones, avellanas o nueces, todo esto mezclado con miel y azúcar).
El peruano es más harinoso, rectangular, hecha con manteca, azúcar, leche y anís, que se corta en palotes largos antes de hornearse. “Se acomodan en capas cruzadas bañadas en jarabe de chancaca aromatizada con frutas, y una vez armado, es recubierto con grageas y confites multicolores”..
ORIGEN
El nombre de “Doña Pepa” viene luego, aproximadamente en el siglo XX, quizá con motivos comerciales y a manera de reconocimiento. Se le rebautiza así por su creadora. Todos coinciden en que su nombre de pila era Josefa, aun que existe otra posible creadora. Ambas eran morenas, esclavas o cocineras, en la época virreinal.
UN MILAGRO
La historia más conocida es la de Josefa Marmanillo, una esclava del siglo XVIII, especialista en las artes culinarias, que empezó a sufrir de parálisis en los brazos. Al escuchar los rumores de los milagros del Cristo de Pachacamilla, decide viajar de su natal Cañete a Lima.
“Tanta fue su fe y devoción que se recuperó de los males que la atormentaban. En agradecimiento preparó este colorido dulce y lo ofreció a los feligreses en cada salida que hacia el Señor de los Milagros, haciéndose conocidos como los Turrones de Doña Pepa”.
EL DULCE GANADOR
Una segunda historia, también muy popular, habla de un concurso realizado por un virrey, buscando un dulce sabroso y nutritivo que pudiera conservarse por varios días sin perder su sabor. Marmanillo fue la ganadora de aquel evento por lo que su apodo ‘Doña Pepa’ quedó asociado al postre”.
La tercera hace referencia a “una cocinera morena, casada con un señor de apellido Cobos, antiguo empleado de la Beneficencia Pública. Su verdadero nombre habría sido Josefa y era especialista en preparar piqueos. Además tenía la habilidad para elaborar sango, ñaju y chicha. Josefa inmortalizó su nombre con unos originales turrones de harina de trigo, manteca, huevo y miel”.
NUESTROS DÍAS
Hoy, en pleno siglo XXI, el turrón de Doña Pepa dejó de ser exclusividad de octubre. Durante todo el año se prepara y se vende en muchas calles de Lima. Un ejemplo claro es la avenida Tacna, al lado de la iglesia Las Nazarenas, donde decenas de “pregoneras del siglo XXI” ofrecen muestras gratis de este tradicional dulce.
Más actuales son los comerciales de ‘Don Ramón’ y ‘Quico’ promocionando los turrones San José: “Suaveciiiitos”. Hoy hay creaciones de todo tipo, incluyendo ingredientes como la quinua o la kiwicha.
Inclusive, hace algunos años se batieron dos récords: un turrón de 161 metros de largo en 2008 y un año después otro de 307 metros elaborado por los alumnos del Instituto D`Galia.
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