COMO
ES CONSIDERADO EL AUTOR
Sofocles está considerado junto
al citado Esquilo y Eurípides como el escritor griego más importante de
tragedias siendo las novedades más significativas que implantó con sus
textos, la introducción del tercer actor, lo que redujo la importancia del
coro (a pesar de que aumentó su número a quince miembros), provocando una
mayor hondura en la definición de sus personajes y situaciones, con un mayor
protagonismo para los diálogos y en la anuencia ética de sus caracteres con
el destino guiado por los dioses.
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También enfatizó el trabajo e importancia de los decorados
e invalidó la utilización de las trilogías como vínculo para narrar una
historia, a diferencia de Esquilo, contando cada pieza con su relato
independiente. Sófocles falleció en Atenas el año 406 A. C. Tenía 90 años.
EDIPO REY DE SÓFOCLES
El rey
Edipo envía consultar al oráculo de Apolo a Delfos, a su cuñado Creonte, sobre
una terrible epidemia que asolaba la ciudad de Tebas. Le enviado especial llega
al poco tiempo con la respuesta de solución y es que: para librase de la
calamidad había que buscarse los homicidas del rey anterior, Layo,
castigándolos con la muerte o con el destierro. Edipo, que se había casado con
Yocasta, viuda de Layo y hermana de Creonte, no conoció a su antecesor y pide
que le faciliten detalles del asesinato de que se trata, averiguando que layo
pereció en el camino de Delfos a manos de unos ladrones, cuando de ahí
regresaba, según declaro entonces el único sobreviviente de los hombres que
formaban la escolta. Hace luego el rey venir a su presencia al viejo adivinador
ciego Tiresias, para que le ayude a descubrir al homicida, pero este se niega
tercamente a participar en el asunto y accede solo cuando se ve menospreciado y
hasta insultado por el rey, se encara con el, le acusa de ser el asesino de
layo y le predice espantosas desaventuras para aquel mismo día. Luego Edipo
interroga a Yocasta sobre el asesinato de su primer marido, y acoplando datos
que ella recuerda con los que el conoce y los que añade un mensajero llegado de
corinto para anunciar la muerte del rey Polibio. Luego se viene a integrar la
historia siguiente:
Un
oráculo predijo que el rey Layo moriría a manos de un hijo que tendría de su
mujer, y para evitar que se cumpliera tan funesta predicción, a los tres días
de nacer el niño que engendraron, le pusieron en manos de un esclavo fiel para
que le atravesara los pies y le abandonara en un bosque intransitado, mas el
esclavo se lo dio a un compañero suyo que era pastor de los reyes de corinto,
Polibio y merote, quienes Vivian apenados por no tener hijos; y su servidor les
llevo al niño y al cual criaron y educaron cual legitimo descendiente. Siendo
ya adulto, le dijo un beodo en su festín que no era verdadero hijo de los que
tenia como padres, el mancebo quedo tan preocupado que acabo por abandonar la
ciudad secretamente para marchar a Delfos y consultar al oráculo. Este se negó
a contestar sus preguntas, sin embargo le vaticino que mataría a su padre y se
casaría con su madre. Enloquecido huyo de corinto y de sus proximidades y
anduvo errando lejos de aquella tierra, para evitar e cumplimiento de las
atrocidades vaticinadas por el oráculo. Y un día hallándose cerca del camino de
Delfos, estuvo a punto de ser atropellado por el coche en el que viajaba un
hombre entrado en años, escoltado por un heraldo y dos servidores. Viéndose
agredido por el viajero, se defendió lleno de cólera y con el bastón que
llevaba mato a sus agresores de los cuales solo escapo uno, el cual había
contado que eran varios los asesinos con el fin de aminorar la vergüenza de la
derrota. El rey Edipo al persuadirse de que aquella historia era la suya, queda
consternado, puesto que el fue el niño abandonado por layo, con los pies
heridos. Se maldice a si mismo al ver su fatídica suerte, y se considera el más
miserable de los hombres. La desventurada Yocasta enloquecida por el horror,
muere estrangulada con sus propias trenzas. Luego Edipo se hiere en los ojos
con los broches de oro que sujetaban el mato de su muerta madre y queda ciego.
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